Universidad del Pacífico

Un legajo del Archivo de Indias cambia la Historia de California

Cualquier escolar de California conoce la historia: Juan Rodríguez Cabrillo fue el primer europeo en poner un pie en la costa Oeste de EE UU. Lo hizo el 28 de septiembre de 1542 en lo que hoy es un parque municipal de la ciudad californiana, más de dos siglos antes que el ahora santo mallorquín Junípero Serra. De Cabrillo solo se podía decir que fue el primer europeo, en general, en pisar California. Aunque dirigía una expedición española, no existía documentación concluyente sobre su origen. Los relatos de su aventura utilizan indistintamente el nombre español o una versión portuguesa: Joao Rodrigues Cabrilho. Ambas valían. Hasta ahora.

La historiadora canadiense Wendy Kramer lleva tres décadas especializada en los primeros tiempos de la conquista española de América y ha escrito especialmente el sistema de encomienda en Guatemala. Lleva cuatro años transcribiendo unos Libros del Cabildode Guatemala que estaban sin catalogar en la Hispanic Society de Nueva York y que cubren los gobiernos de 1530 a 1553. Son papeles de gobierno llenos de nombres, fechas, contratos y actas de reuniones. El objetivo de su trabajo es hacer una relación de todos los primeros conquistadores de Guatemala.

“Iba por la letra ce y llegué a Gabriel de Cabrera”, cuenta Kramer por teléfono desde Toronto. “Era el procurador del Cabildo de Guatemala en los años 30” del siglo XVI. La historiadora sabía que De Cabrera fue encargado por los encomenderos para llevar a España el primer cargamento de oro de Guatemala y, de paso, pedir a Carlos V una rebaja de impuestos. Kramer decidió profundizar en aquel viaje y lanzó una búsqueda sobre De Cabrera en los archivos más conocidos. Lo que sigue es uno de esos ejemplos de que la Historia es materia viva.

 

El documento en el que aparece el nombre de Cabrillo, con la transcripción. / WENDY KRAMER

El documento en el que aparece el nombre de Cabrillo, con la transcripción. / WENDY KRAMER

Kramer encontró que había tres procesos judiciales relacionados con De Cabrera y aquel viaje de Guatemala a España en 1532. Se trataba de un robo. Los baúles con el oro del Rey habían sido forzados y faltaban mil pesos. Hicieron una primera parada en La Habana, donde agentes judiciales de la Corona subieron al barco a interrogar a todo el mundo. Leyendo las minutas del proceso, Kramer se encuentra con que “el primer testigo dice que se llama Juan Rodríguez Cabrillo y que es natural de Palma de Micergilio”, lo que hoy es Palma del Río, Córdoba.

Obviamente, al ver ese nombre la historiadora se puso a buscar más sobre el proceso. Toda la tripulación fue interrogada en una segunda parada en Tenerife. Y hubo un tercer interrogatorio al llegar a Cádiz (según los papeles, los agentes judiciales torturaron al contramaestre con una versión del waterboarding hasta que confesó, pero esa es otra historia). En todos los interrogatorios, ese testigo repite el mismo nombre y lugar de nacimiento. Está documentado, además, que Cabrillo viajó a España en 1532 para casarse en Sevilla y llevarse a su esposa a Guatemala.

Kramer no buscaba información sobre Cabrillo. Si lo hubiera hecho, nunca habría llegado a esos documentos, archivados en la sección Justicia y sin ninguna referencia archivística al navegante. Esa información ha estado siempre en el Archivo de Indias. Incluso los documentos están digitalizados y publicados online hace años, asegura Kramer, pero era imposible que nadie encontrara ese dato. No es una prueba definitiva, pero es el primer dato sólido en 400 años.

La figura de Cabrillo en California ha sido más reivindicada por Portugal que por España. La reciente construcción de una réplica de su barco, el San Salvador, se adornó con banderas españolas y portuguesas por igual para no ofender a nadie. Fueron los portugueses quienes pagaron el monumento al navegante en la ciudad y son ellos los principales responsables de mantener viva su memoria con un festival anual. “Yo esto me lo tomo como un elemento más de la controversia”, dice por teléfono Idalmiro Da Rosa, presidente del Festival Anual Cabrillo de San Diego, que se celebra desde 1964.

Hay varios historiadores que han escrito que era español, como los hay que han escrito que era portugués. El más influyente, el cronista real Antonio de Herrera y Tordesillas, que en su historia general de la conquista (1615) dice que Cabrillo es portugués. En la Biblioteca del Congreso de EE UU, figura como portugués. Para Da Rosa, el relato de Herrera es muy sólido, pues se trata del cronista real dando un dato que no favorecía a la Corona española. “Tenía que estar muy seguro”.

Otras biografías modernas, sin embargo, indican que hay muchos elementos de su vida que hacen pensar que era español. “Es increíble lo que puede provocar un error de un cronista en un momento dado de la historia”, dice Kramer, que cree haber dado con una pista que puede ser la definitiva. Ahora que se sabe de dónde dijo que era en un interrogatorio, se puede buscar un acta de nacimiento o de bautismo en Palma del Río. “Me encantaría que los investigadores andaluces buscaran algo más”, dice Kramer. “No niego que probablemente sea él”, reconoce Da Rosa, pero mantiene sus dudas hasta que se encuentren documentos definitivos: “Si se prueba más allá de toda duda que era español no sé cuál será la posición de Portugal. Yo personalmente hago el festival para celebrar el hecho histórico, es una fiesta que une a los países”.

Cabrillo partió con el encargo de la Corona española de explorar toda la costa hacia el norte y encontrar una nueva ruta por el Pacífico hasta el Oriente. Llegó en su expedición un poco más al norte de la bahía de San Francisco. Por el mal tiempo o por navegar prudentemente lejos de la costa, pasó de largo del mejor puerto natural del Oeste. No vio la entrada a la bahía, donde hoy está el puente Golden Gate. Volvió hacia el sur sin haber encontrado ningún punto útil para las rutas de oriente. Murió en enero de 1543, a los seis meses de viaje, a consecuencia de heridas sufridas en un enfrentamiento con los indígenas. Alta California quedó inexplorada durante dos siglos más. La nacionalidad de su descubridor, si es que alguna vez se la dijo a alguien, ha sido un misterio por más de 400 años.

 

 

El país     10 de octubre de 2015  

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