Universidad del Pacífico

Trump ya es presidente: los retos del 45° presidente de Estados Unidos

Donald Trump jura hoy como el 45° presidente de los Estados Unidos. Llega a la Casa Blanca con una agenda proteccionista, anti-migrante, revisionista y nacionalista que no parece haber moderado desde que ganó las elecciones.

Su administración enfrentará una oposición atípica, desde los demócratas hasta los mismos republicanos, pasando por la prensa y hasta Hollywood. Para convertir sus promesas electorales en medidas efectivas en el ámbito doméstico e internacional, Trump deberá enfrentar varios retos en sus próximos cuatro años de gobierno.

OPOSICIÓN REPUBLICANA

Aunque Trump recién ha juramentado, ya causó ciertas fricciones dentro del partido republicano. Sus últimas declaraciones sobre el aseguramiento universal de salud o el Border Plan Adjustment —un plan para ajustar los impuestos que pagan los importadores y exportadores— han causado rechazo entre congresistas republicanos. Muchas de las medidas que los republicanos han impulsado durante la administración anterior (pero no concretado) podrían no contar con el apoyo público de su presidente. Al mismo tiempo, el mandatario republicano podría enfrentar una oposición dentro de su mismo partido.

“Donde más problemas va a tener, y ya los tiene, es en el Senado. Hay senadores que no están de acuerdo con Trump y lo han expresado públicamente como [John] McCain, [Marco] Rubio y otros más”, explicó Norberto Barreto, profesor de la Universidad del Pacífico.

Los republicanos tienen mayoría en ambas cámaras, pero una es más holgada que la otra. En la Cámara de Representantes tienen 194 asientos, mientras que los demócratas 141. En el Senado, hay 52 republicanos y 46 demócratas.

“Si los demócratas se mantienen en bloque, y un número importante de senadores vota en contra, pueden derrotar medidas de Trump fácilmente. El Senado es el cuerpo más importante. Ahí está la esperanza de que haya un control de muchas de las cosas que Trump quiere. Tendríamos una situación interesantísima: sería un presidente y un Congreso del mismo partido enfrentados. En algunas cosas, claro; en otras no tiene problema”, advirtió Barreto.

Las primeras semanas de la administración Trump serán cruciales para definir el rumo de las relaciones entre el Ejecutivo y Legislativo. Además, los congresistas republicanos deberán medir el impacto de las medidas del mandatario en la opinión pública pues de ésta depende cuatro años más de gobierno republicano.

“Trump, al igual que todos los presidentes de Estados Unidos, va a querer ser reelegido y entonces va a tener que medir el impacto de sus medidas. Primero, necesita marcar la cancha en el partido que él quiere jugar. De ahí, la presión republicana, la realidad y él mismo —en su afán de querer gobernar cuatro años más—, va a tener que jugar a consensos”, opina Carlos Novoa, analista internacionalista.

¿IMPOPULAR O ILEGÍTIMO?

A horas de ganar las elecciones, ya había marchas en las calles con carteles que decían “Not My President”. A horas de la toma de mando en el Capitolio, se desarrolló una campaña para boicotear la ceremonia. Ese es el efecto ‘Trump’, el de polarizar.

De acuerdo con una reciente encuesta de Washington Post y ABC News, Trump llega a la Casa Blanca con una aprobación de 40%, envuelto en escándalos por un reporte de inteligencia que lo relaciona con Rusia y por cuestiones éticas relacionadas a la propiedad de sus negocio. Es decir, Trump se convertirá hoy en el presidente entrante más impopular de las últimas cuatro décadas, según medios estadounidenses.

A este escenario desfavorable se suma el afán político de Trump de revisar, y eventualmente derogar, muchas de las medidas icónicas de Barack Obama, desde su posición pro-Palestina hasta el’Obamacare. Y no todas son impopulares. Por ejemplo, la opinión pública está dividida en cuanto al Affordable Care Act: 45% lo rechaza y 43% lo apoya, según un sondeo del Kaiser Family Foundation.

Carlos Novoa considera que Trump no se medirá en su confrontación contra Obama. “Trump va a dar golpes [en línea con] la radicalización de su discurso en estas semanas. Él va a buscar alguna medida de impacto para empezar a poner su sello desde el primer día. Está poniendo la pauta, y está en lucha con Obama”, opina el analista.

Norberto Barreto, investigador del Centro de Investigación de la UP, va más allá y plantea un problema no sólo de popularidad, sino de ilegitimidad. “Estados Unidos tiene un gran problema: estaba dividido con Obama y está más dividido con Trump. La legitimidad de esas elecciones está seriamente cuestionada. Eso le va en contra. En vez de ser un presidente que busca la unión, es un presidente que provoca. No es un líder que una, sino que divide”, explica.

Tras las elecciones (indirectas) en noviembre pasado, Trump obtuvo 306 votos del Colegio Electoral, frente a los 232 de la candidata Hillary Clinton. Sin embargo, si se toma en cuenta el voto ciudadano, la demócrata obtuvo alrededor de 2.8 millones de votos más que Trump, quien se apoya principalmente en una base social de clase media baja, blanca y conservadora.

ENEMIGOS INTERNACIONALES

Xi Jinping, Shinzo Abe, Christine Lagarde y hasta Pedro Pablo Kuczynski son algunas de las autoridades que se han pronunciado a favor del libre mercado y en contra del proteccionismo. En tiempos de mega-acuerdos comerciales y desaceleración del comercio internacional, Trump propone rehacer las relaciones internacionales con los aliados, vecinos y enemigos tradicionales de Estados Unidos, tanto en el ámbito político como comercial.

¿Las voces que invocan a la defensa de la globalización impedirán la agenda de Trump? “Hay cosas que va a poder hacer y otras que no. China le ha hecho saber a Estados Unidos que una guerra comercial perjudica a todos, no hay triunfadores. Ahí podría haber un entendimiento porque Trump es empresario y ya mandó a uno de sus asesores a calmar a los inversionistas”, señala Novoa.

“Con China, verá el tema comercial. Con Rusia y la Unión Europea, el tema político. Con México, [las relaciones se darán] a partir del muro. Con Cuba, se verá si va a seguir lo que ha hecho Obama. Con Israel y Medio Oriente, Obama ha tenido algunas actitudes pro-palestina y Trump ha dicho que va a hacer todo lo contrario. Esas van a ser las prioridades de Trump en su política exterior”, indica.

Para el profesor Barreto, Trump sí persistirá con su agenda proteccionista e irá más allá del discurso electoral.

“Yo no tengo la menor duda de que Trump va a impulsar su agenda anti-China, anti-OTAN. Trump no ha llegado a la presidencia y ya ha generado problemas diplomáticos. El presidente de Estados Unidos ahora es el portavoz del proteccionismo y los chinos son los defensores de la globalización. A Estados Unidos le va a costar muchísimo. El TPP era la herramienta de Estados Unidos para enfrentar la creciente posición de la China en Asia”, opina el académico.

En efecto, en las últimas semanas, se han producido acercamientos entre Japón y Australia. Los países del TPP están tratando de reacomodarse en un escenario sin Estados Unidos.

¿Y América Latina? Pues se reduce a México y Cuba. Países como el Perú deberán estar atentos a las ‘movidas’ comerciales de Trump, pero todavía no hay una amenaza directa hacia nuestro país.

GABINETE INEXPERTO

El gabinete Trump es el menos diverso en décadas: de los 15 puestos con rango de ministro, 13 son blancos. Por primera vez desde 1988, no hay ni un solo hispano. Sólo hay dos mujeres. Según un cálculo de NBC, el gabinete Trump tiene una valorización combinada récord de U$14,500 millones.

Del nuevo gabinete, analistas especulaba sobre uno que complementara en expertise político a Trump. Sin embargo, con algunas salvedades, la mayoría cuenta con un background empresarial y/o militar. Tres integrantes del gabinete son multimillonarios, otros cuatro son presidentes de empresas y dos son militares en retiro.

“Trump tiene una visión mundial muy limitada. Hay áreas que desconoce por completo. Él va a depender de su equipo de trabajo, de sus asesores. Su secretario de Defensa [James Mattis] estuvo cuarenta años como infante de marina y no tiene ninguna otra experiencia. Para los militares, las soluciones son militares. No veo profundidad, no hay variedad, todos piensan igual”, advierte Barreto, del CIUP.

Los nominados a las secretarías tienen que pasar por la aprobación del Senado. En los últimos días, muchos de los futuros secretarios se presentaron ante esta cámara y se vislumbró su inexperiencia. Por ejemplo, Betsy DeVos, nominada para ministra de Educación, no reconoció leyes federales de su sector como el Individuals with Disabilities Education Act (IDEA); mientras que el nominado para Salud y Servicios Humanos, Tom Price, reiteró ante senadores la eliminación del Obamacare sin dar ningún detalle sobre su reemplazo.

Se trata de un gabinete mayoritariamente blanco, masculino y millonario que, en el largo plazo, podría mellar en los resultados inmediatos a los que aspira Trump.

ALTAS EXPECTATIVAS

Ya sea por la incertidumbre que genera Trump o por algunas de sus medidas específicas —recorte de impuestos o programa de infraestructura—, Estados Unidos sigue concentrando expectativas económicas positivas.

En su revisión trimestral, el FMI modificó ligeramente al alza su previsión de crecimiento para Estados Unidos en el 2017 y el 2018, a 2.3% y 2.5%, respectivamente, debido al esperado estímulo fiscal que darían las nuevas reformas económicas.

Los mercados financieros en Estados Unidos tuvieron un mini-rally tras el triunfo de Trump, tal como lo menciona Alberto Arispe, gerente general de Kallpa SAB, en su blog Viva la Bolsa de SEMANAeconómica. “El mayor crecimiento, la subida del precio del petróleo y de los principales commodities, harán espacio para una política monetaria contractiva, y pareciera que Janet Yellen [de la Fed] tendrá más tranquilidad para subir tasas dos o tres veces en el 2017. Los menores impuestos y mayores gastos de la administración Trump podrían acelerar la inflación, y ése es el riesgo mayor para el año”, explica.

Además del riesgo inflacionario, Gonzalo Llosa, gerente de estrategia de inversión de Prima AFP y bloguero de SEMANAeconómica, menciona que, con Trump a la cabeza, la economía norteamericana enfrentará varios problemas estructurales: el bajo crecimiento potencial, la creciente desigualdad del ingreso y la elevada carga fiscal.


Trump ya es presidente: los retos del 45° presidente de Estados Unidos

Bárbara Salas

Semana Económica 20 de enero de 2017

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