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La Marina de Guerra de Perú utiliza boyas suministradas por EE.UU. para monitorear a El Niño

La Marina de Guerra del Perú colocó recientemente 12 boyas perfiladoras en el océano Pacífico en un esfuerzo por ayudar a prevenir el daño de los efectos del fenómeno climático El Niño. La Oficina Oceanográfica de la Armada de Estados Unidos (NAVOCEANO) y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos suministraron las boyas al Instituto del Mar del Perú (IMARPE), las cuales ayudarán a las autoridades del país andino a responder efectivamente ante situaciones de emergencia.

El 7 de marzo, el buque BAP Zimic de la Marina de Guerra del Perú y su tripulación de 25 personas dejaron el puerto de Callao para realizar el sembrado de las boyas entre Ecuador y las Islas Galápagos, a 240 millas de la costa, como parte de su misión oceanográfica. El Comandante del BAP Zimic, el Capitán de Corbeta César Ferrer, supervisó la misión, la cual incluyó pasar 15 días colocando las boyas.

Las boyas ayudarán a las autoridades a obtener información y a prepararse para el El Niño. “En este sector no teníamos información del fenómeno El Niño”, dijo el Capitán de Fragata Javier Fernández Segura, Jefe del Departamento de Oceanografía de la Marina de Guerra del Perú.

Las boyas también «permitirán una mayor comprensión de la dinámica del océano a gran escala que mantienen la estructura de temperatura oceánica superior en el Pacífico ecuatorial», señaló Steve Piotrowicz, oceanógrafo de NOAA, en entrevista con Diálogo . 

«Los modelos del clima global tienen grandes márgenes de error en el Pacífico ecuatorial oriental y se necesita realizar observaciones tanto para reducir estos márgenes como para iniciar las anomalías para la predicción estacional. La falta de observaciones en esta región probablemente genere mayores errores de predicción», manifestó Piotrowicz.

Información en tiempo real

Estos perfiladores con enlace satelital permitirán a la Dirección de Hidrografía y Navegación de la Marina de Guerra del Perú obtener en tiempo real información de salinidad y temperatura de toda la columna vertical de agua hasta unos 2.000 metros de profundidad, con cada boya que tiene un peso de 30 kg. “A menor salinidad podemos ver de dónde vienen las corrientes y con la temperatura podemos ver el comportamiento del océano con respecto a las lluvias”, dijo el Capitán de Fragata Julio Vílchez Moscoso, Jefe de Planes de Programas de la Dirección de Hidrografía y Navegación, a TV Perú, el 7 de marzo.

Estas boyas son «extremadamente confiables», señaló Piotrowicz. «Las boyas colocadas en este programa pueden brindar observaciones de alta calidad de la temperatura y salinidad a una profundidad de 2.000 metros cada 10 días durante 4 o 5 años. Las mismas se dejan llevar por la corriente a 1.000 metros, profundidad en la cual las mismas se aparcan durante nueve días entre ciclos de perfilado».

El gobierno de Perú no solo podrá monitorear las condiciones oceanográficas que se vayan presentando en el área norte del país entre las zonas 2 grados norte, hasta 4 grados de latitud sur, sino que «las autoridades también tendrán una mayor capacidad de planificación y mejores medidas preventivas para contrarrestar y responder a [los efectos de] El Niño”, señaló el Cap. Fernández. “Este trabajo conjunto contribuirá al desarrollo del país porque proporcionará a la industria pesquera información de lo que va a suceder con las condiciones del mar y las migraciones de nuevas especies de peces que podrían venir con el cambio de aguas cálidas a frías. Las empresas podrán prevenir y contrarrestar estos eventos”.

«La información se utiliza en una gran variedad de predicciones oceánicas y programas de desarrollo de productos. Uno de los principales usos por parte de la industria pesquera ha sido predecir eventos de El Niño. El despliegue actual ha sido colocado cerca del final de un evento de El Niño y brindará observaciones acerca del declive del evento frente a la costa», manifestó Piotrowicz.

IMARPE y el Comité Nacional de Investigación del Fenómeno de El Niño recibieron inicialmente las boyas de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica y la Oficina Oceanográfica de la Armada de Estados Unidos y coordinaron con la Marina de Guerra del Perú la colocación de las boyas. El esfuerzo conjunto profundiza los vínculos entre Perú y Estados Unidos, considerando que ambos países ya han estado trabajando juntos para combatir a los grupos transnacionales del crimen organizado.

“Las boyas han generado una cooperación más estrecha en la investigación oceanográfica entre Estados Unidos y Perú para asegurar una respuesta eficiente y oportuna ante el fenómeno El Niño”, señaló el Cap. Fernández. “Los peruanos ahora tienen una herramienta tecnológica para tomar medidas preventivas y protegerse de los efectos de El Niño”.

Los efectos de El Niño

Las ondas Kelvin y Rossby son las principales causantes de los efectos de El Niño. Estas ondas se originan en el Pacífico ecuatorial occidental y se desplazan al Pacífico oriental con efectos significativos, como inundaciones que pondrían a la población en peligro, causando además daños a las industrias pesquera y agrícola del país, según la Marina del Perú.

Del 1° de enero al 10 de marzo de 2016, las fuertes lluvias provocadas por El Niño dejaron al menos 14 personas muertas y más de 59.000 personas afectadas, mientras que las inundaciones y las lluvias estacionales relacionadas al fenómeno afectaron 21 regiones del país, según Miguel Yamasaki, del Instituto Nacional de Defensa Civil de Perú, informó el periódico digital mexicano Imagen del Golfo . Más de 1.000 hectáreas de cultivos de plátanos y arroz quedaron inundadas por el desborde del río Tumbes, en el norte del país, tras los efectos de cuatro días de lluvias por el fenómeno de El Niño, informó la Presidencia de la República del Perú, el 4 de marzo.

En la época de otoño-invierno de 1982-1983, el país sufrió pérdidas económicas estimadas en US$3.200 millones a causa de los daños provocados por El Niño. Durante el mismo periodo de 1997-1998, Perú sufrió pérdidas económicas de US$3.500 millones por daños durante la temporada de El Niño, según el Ministerio del Ambiente.

Programa Argo

Con las boyas, Perú participará de manera activa en el programa Argo junto a 50 agencias de investigación y operacionales de 21 países como Estados Unidos, Chile y Argentina, de acuerdo con el sitio web de Argo. Argo es un proyecto científico operativo del Sistema de Observación del Clima Global y el Sistema Global de Observación del Océano, del programa Global sobre Variabilidad, Predicibilidad y Cambio Climático y Oceanográfico, el cual es patrocinado por la Organización Meteorológica Mundial, la Comisión Oceanográfica Intergubernamental y el Consejo Internacional para la Ciencia.

El proyecto científico comenzó a desplegar boyas en el año 2000. Actualmente hay más de 3.600 boyas flotantes activas. Hay algunas áreas del océano que están sobrepobladas con boyas, mientras que otras tienen vacíos que deben ser llenados con boyas adicionales. Los programas nacionales deben proporcionar unas 800 boyas anuales para dar continuidad al proyecto, según Argo.

“Es importante [para nosotros] formar parte de este proyecto científico y contribuir a la investigación oceanográfica para monitorear el fenómeno de El Niño, que es de impacto mundial”, comentó el Cap. Fernández. “La información se comparte con Estados Unidos”.

“Hace muchos años, Perú tenía una serie de boyas de investigación a 400 millas de la costa, estas también permitían monitorear el fenómeno El Niño dentro de las latitudes de Perú. El robo continuo de los paneles de energía solar de las boyas llevó a la cancelación del proyecto. Esta nueva tecnología es resistente al vandalismo, dado que las boyas ya no flotan en la superficie”, añadió.

E incluso antes de eso, la Marina del Perú ya había suministrado apoyo logístico a otros esfuerzos conjuntos de investigación con Estados Unidos, según manifestó Piotrowicz de la NOAA.

«Yo era científico en jefe de un crucero de investigación para estudiar la subida en Perú en 1983, en el que la Marina de Perú transportó un cargamento de radioisótopos para investigación biológica desde Lima hasta el buque frente a la costa sur de Perú», señaló. «La aerolínea dejó accidentalmente el cargamento original de radioisótopos en la pista en Miami, Florida, y con la ayuda de la Marina de Perú, el buque pudo zarpar a tiempo y la Marina transportó los radioisótopos al sur de Perú y luego al buque. La Marina de Perú [también] brindó apoyo logístico para un crucero que salió desde Callao para desplegar un amarre en el suroeste del Pacífico a mediados de la década de 1990».


La Marina de Guerra de Perú utiiza boyas suministradas por EE.UU. para monitorear a El Niño

Julieta Pelcastre

Diálogo Revista Militar Digital     25 de marzo de 2016

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