El tramo de más edad de la conocida como generación del milenio en Estados Unidos -aquellos que estaban cerca de la veintena cuando dos aviones se estrellaron contra el World Trade Center de Nueva York- recuerdan la prosperidad económica de la década de 1990, y a otro Clinton como aspirante a la presidencia. Los más jóvenes, que ahora tienen unos 20 años, no pueden recordar un tiempo sin terrorismo o preocupaciones económicas.
Los millennials han desbancado a los baby boomers como la generación viviente más grande en la historia de Estados Unidos, con más de 75 millones de personas. A menos de tres meses para las elecciones presidenciales, los valores de los jóvenes estadunidenses son una caja de sorpresas impredecible. Lo que sí comparten es una sensación de desilusión palpable.
Como parte de la serie EEUU Dividido, The Associated Press entrevistó a siete votantes millennials en cinco estados donde la generación podría tener una influencia destacable este otoño: desde un adolescente afroestadounidense de Nevada que vota por primera vez, a un joven de Florida hijo de migrantes latinos o a una pareja blanca y cristiana de Ohio.
Estos votantes ilustran cómo su generación desafía las expectativas de los encuestadores.
«Los millennials han sido descritos como apáticos, pero no lo son en absoluto», dijo Diana Downard, de 26 años y que votará por la candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton. «Los ‘millennials’ tienen una comprensión muy matizada del mundo de la política».
Solo el cinco por ciento de los adultos jóvenes dice que Estados Unidos es «mejor de lo que ha sido nunca», según una encuesta reciente de GenForward. El primer sondeo de este tipo entre jóvenes de entre 18 y 30 años fue realizado por Black Youth Project en la Universidad de Chicago con Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research.
Briana Lawrence, una camarógrafa de 21 años del sur, quiere que el país vuelva a ser lo que era. Recién graduada en la Universidad Central de North Carolina, votará por Clinton. El 11 de septiembre de 2001 tenía solo 7 años y tras la tragedia es la única vez que recuerda una sensación de unidad en el país.
«Mi mayor esperanza para este país es que volvamos a juntarnos como comunidad», dijo.
Esto es complicado cuando la gente llega a la edad adulta con miles de dólares en deudas, como en su caso. Las preocupaciones económicas son enormes en este grupo, ya que la mayoría carga con abultados prestamos de estudios y tienen problemas para encontrar empleo.
Solo el ocho por ciento de los millennials describe la situación financiera de su casa como «muy buena», según la encuesta de GenForward.
Brien Tillett, que se acaba de graduar en una escuela secundaria de Las Vegas, tiene 18 años. Tenía solo 10 cuando la recesión sacudió el país. Su madre, soltera, estuvo hospitalizada durante meses tras un accidente de coche y, sin una red de seguridad, la familia enfrentó problemas.
La deuda nacional es su principal preocupación. Como afroestadounidense, se indignó con algunas de las declaraciones de Donald Trump, pero le gusta la postura económica agresiva del Partido Republicano. También consideró votar por Clinton, pero le molesta el uso que la demócrata hizo de un servidor privado de correo electrónico en su época como secretaria de Estado. Indeciso en un primer momento, recientemente decidió que votará a Clinton.
A Aníbal David Cabrera no se le pasa por la cabeza votar a otro que no sea su partido.
De madre hondureña y padre dominicano, se graduó en la universidad en 2008. Tenía un importante puesto en finanzas, pero el colapso económico acabó con el empleo. Ahora tiene 31 años y vive en Tampa, Florida, donde finalmente ha encontrado un puesto como contable en una empresa pequeña. Siente que llega al mejor momento de su vida unos pasos por detrás de lo esperado, aunque no por su culpa.
Respalda a Trump y espera que el candidato mantenga sus promesas e impulse la economía. «Esto es algo que mi generación nunca ha visto», dijo.
Pero el compartir las mismas dificultades no genera los mismos puntos de vista.
El desdén de los integrantes de la generación del milenio por la afiliación a un partido supone que la mitad de ellos se describan como independientes, según un reporte de 2014 del Pew Research-, un nivel de desafiliación política casi histórico. Tienden a ser liberales en temas sociales como el matrimonio homosexual, el aborto o la legación de la marihuana. Sin embargo son ligeramente conservadores en política fiscal y están más en línea con otras generaciones en lo relativo al control de armas y la política exterior.
Trip Nistico, un recién licenciado en derecho de Colorado, es un defensor del derecho a las armas que suele acudir a campos de tiro, aunque también respalda los enlaces gays. Votó por Barack Obama en 2008 y por Mitt Romney en 2012. A sus 26 años, en noviembre se decantará por Trump.
Con todo, Trump sigue siendo impopular entre los «millennials» y casi dos tercios de los estadounidenses entre 18 y 30 años consideran que el candidato republicano es racista, de acuerdo con el sondeo de GenForward. Las opiniones sobre Hillary Clinton también son desfavorables, aunque no al mismo nivel.
Bill y Kristi Clay, padres de dos niños y cristianos practicantes de una zona rural de Ohio, tuvieron problemas para elegir a un aspirante que se ajustase a sus valores.
Kristi Clay se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo y al aborto y dice que esas son sus principales preocupaciones. Sin embargo, esta bibliotecaria de 32 años se inclina a regañadientes hacia Clinton porque siente que Trump es materialista y prefiere la postura demócrata sobre inmigración y pobreza.
Aunque ella y su esposo, de 33 años, son «pesimistas» sobre estas elecciones, ambos dicen que votarán de todas formas.
Se desconoce si sus compañeros millennials harán lo mismo. Algunos están descontentos porque el progresista Bernie Sanders, que se enfrentó a Clinton en las demócratas primarias, no sea ya una opción.
El voto de la generación del milenio ha crecido constantemente desde su inicio en 2002 y tuvo su punto álgido en 2008. En 2012, sin embargo, solo el 45 por ciento de los millennials votaron y la participación se ha estancado o bajado desde entonces, apunta John Della Volpe, director de encuestas del Institute of Politics de la Universidad de Harvard.
«Tienen una perspectiva algo diferente en términos de política», dijo. «Esto no ha funcionado realmente. No han sido parte de un movimiento que sea efectivo».
Expositores: Oscar Vidarte (PUCP) Fernando González Vigil (Universidad del Pacífico) Inscripciones aquí. Leer más
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