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El acuerdo del clima depende en Estados Unidos del futuro presidente

El Gobierno del demócrata Barack Obama es muy consciente de que el Partido Republicano es su enemigo en sus esfuerzos contra el cambio climático. Los negociadores estadounidenses se aseguraron de que el pacto aprobado el sábado en la Cumbre del Clima de París, que fue sellado por 195 países, no tuviera que ser ratificado por el Senado. Los republicanos, que minimizan el calentamiento global, disponen de mayoría en la Cámara y hubieran hecho naufragar el acuerdo (como sucedió con el pacto sobre el clima de Kioto en 1997).

Para sortear el voto de los legisladores, Estados Unidos —el segundo país más contaminante del mundo— logró que el pacto carezca de requerimientos legales sobre cuánto debería reducir cada país sus emisiones. Es decir, los planes nacionales serán voluntarios y dependerán de la estrategia de los gobiernos. Pero el acuerdo sí establece obligaciones legales a los países de comunicar y seguir la evolución de sus planes.

El Gobierno confía en que ese sistema legal híbrido propicie una presión internacional y un viraje económico hacia energías limpias lo suficientemente severo como para garantizar el cumplimiento del pacto en EE UU una vez Obama abandone el Despacho Oval en enero de 2017.

En los últimos meses, Obama —que aspira a hacer de la lucha contra el cambio climático parte de su legado— ha impulsado medidas por decreto para reducir las emisiones. Más de una docena de Estados republicanos las han recurrido en los tribunales. “Tenemos un compromiso desde el día uno para avanzar en la implementación”, dijo este lunes el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, en su rueda de prensa diaria.

Elecciones de noviembre

Pero la Administración admite que, de facto, la aplicación del acuerdo dependerá del próximo presidente. Si un republicano gana las elecciones de noviembre de 2016 el riesgo de que el acuerdo de París se incumpla se disparará.

“Obviamente, si un republicano es elegido tienen la capacidad, por medio de una orden ejecutiva, de deshacer las cosas”, dijo el domingo a la cadena ABC el secretario de Estado, John Kerry, que lideró el equipo estadounidense en París. Kerry consideró que el pueblo estadounidense “no aceptará como líder genuino a alguien que no entiende la ciencia sobre el cambio climático y no está dispuesto a hacer nada al respecto”.

El Partido Republicano se opone a cualquier ley que recorte las emisiones contaminantes alegando sus posibles perjuicios económicos y poniendo en duda el origen y el impacto del calentamiento global. La mayoría de candidatos republicanos a la Casa Blanca han ignorado el acuerdo de París.

Quien más claro ha hablado ha sido el líder republicano del Senado, Mitch McConnell. El senador recordó que la aplicación del pacto depende del plan energético impulsado por Obama, que consideró “probablemente ilegal”. “Antes de que sus socios internacionales descorchen el champán, deberían recordar que este es un acuerdo irrealizable”, alertó el sábado.


El acuerdo del clima depende en Estados Unidos del futuro presidente

El País   14 de diciembre de 2015

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