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Apoyo bipartidista a propuesta para limitar poder presidencial

En una extraordinaria decisión la semana pasada, un panel de la Cámara de Representantes de Estados Unidos forzó a un debate sobre los poderes presidenciales en caso de guerra.

La medida, propuesta por la representante de California, Barbara Lee, una demócrata antibélica, y la única legisladora que se opuso a la autorización del Congreso luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001, exige un debate sobre nuevos poderes de guerra que reflejen cómo la dinámica de la lucha en el campo de batalla ha cambiado.

Por ejemplo, las fuerzas estadounidenses combaten a los militantes del grupo Estado Islámico, un enemigo que no existía hace 16 años en un país (Siria) en el que Estados Unidos no esperaba estar luchando.

Preocupación sobre Siria

La acción ocurre cuando el gobierno de Washington parece estar involucrándose más profundamente en Siria.

El lunes pasado, el presidente Donald Trump advirtió a Siria que pagará «un alto precio si lleva a cabo otro ataque con armas químicas. En abril, Trump ordenó disparar decenas de misiles a una base aérea siria, en el primer ataque directo de EE.UU. contra las fuerzas del presidente Bashar al-Assad, en los seis años del conflicto sirio.

A principios de junio fuerzas militares de EE.UU. derribaron un bombardero de la Fuerza Aérea siria, y la coalición que lucha contra el Estado Islámico, liderada por fuerzas estadounidenses, ha bombardeado a fuerzas pro-gobierno en Siria.

Por otro lado, el gobierno de EE.UU. ha anunciado el envío de cerca de 4000 tropas adicionales a Afganistán, donde se libra la guerra más larga en la que el país ha estado involucrado.

Incluida en Ley de Gastos Militares

El jueves, la Comisión de Apropiaciones de la Cámara de Representantes, votó en forma abrumadora para agregar la enmienda propuesta por Lee a su versión de la ley de gastos militares para 2018.

La medida reemplazaría a la autorización de 2001, que ha sido ampliamente interpretada por el presidente Trump y sus predecesores como un permiso para autorizar operaciones militares más allá de las que se previeron cuando se aprobó, y entraría en vigencia 240 días (8 meses) después de que la ley se haga efectiva.

Lee explicó que el plazo, «daría suficiente tiempo al Congreso para cumplir su obligación constitucional de debatir y votar sobre cualquier nueva autoridad para utilizar el uso de fuerza militar».

Cheque en blanco

La legisladora dice que la autoridad de 2001 ha sido utilizada más allá de los límites para los que fue aprobada, como por ejemplo para enviar tropas a ocho países, entre ellos Yemen y Siria. «Cualquier gobierno puede utilizarla como un cheque en blanco para entrar en una guerra».

Lee logró el apoyo verbal de varios de sus colegas conservadores, lo que enfatiza el apoyo a la propuesta de debatir una reforma a los poderes de guerra. El legislador Tom Cole, republicano por Oklahoma, dijo que el Congreso ha evadido sus responsabilidades sobre fines bélicos por años.

«Hemos tenido liderazgo, honestamente de ambos lados, que han pospuesto este debate una y otra vez», dijo Cole. «Si vamos a enviar gente a la guerra, les debemos el respaldo del Congreso de Estados Unidos», añadió.

El legislador Chris Stewart, republicano por Utah, un ex-piloto de bombarderos, también apoyó la enmienda. Dijo que los militares estadounidenses están observando al Congreso. «Ellos creen que el Congreso no tiene las agallas para tener este debate», señaló.

Probabilidades

Pero, si la historia sirve de referencia, la enmienda para limitar la ley de 2001 que autorizó el uso de la fuerza militar contra los grupos terroristas que llevaron a cabo los ataques del 11 de Septiembre, será eliminada de la medida de gastos del Pentágono antes de que la propuesta llegue al pleno de la Cámara.

Robert Chesney, un experto en leyes e seguridad nacional y académico de la Facultad de Leyes de la Universidad de Texas, dice que hay poco incentivo por parte de los líderes del Congreso y del gobierno de Trump para hacer cambios a la autorización de 2001.

Correctamente o no, dice Chesney, la ley ha sido utilizada más allá de sus alcances para cubrir todas las actuales operaciones militares, y cualquier reforma impondría límites y barreras a lo que el Pentágono puede hacer.

«No hay nada que los obligue», señala el experto. «La preocupación es que nadie está seguro de qué podrá resultar del proceso de revisión», agregó.

La representante Kay Granger, republicana por Texas y presidenta de la subcomisión de Defensa en el panel, se opuso a la medida de reforma y advirtió a sus colegas que están cometiendo un grave error. Dijo que la enmienda es un acuerdo que ataría las manos de Estados Unidos para actuar independientemente o con otros países para atacar y derrotar a grupos terroristas.


Apoyo bipartidista a propuesta para limitar poder presidencial

VOA    2 de julio de 2017

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