Mientras los norteamericanos poseen cientos de centros académicos dedicados al estudio de América Latina, los latinoamericanos no prestamos suficiente atención al estudio de una nación con la que mantenemos estrechos lazos históricos, económicos, políticos y sociales. Según la Latin American Studies Association (LASA) –principal asociación profesional internacional dedicada al estudio de América Latina–, el 55% de sus 9,500 miembros reside en los Estados Unidos.1 Aunque no tenemos cifras exactas de cuántos de ellos son estadounidenses, no sería arriesgado suponer que una parte significativa de éstos, más de 5,200 investigadores, sean naturales de la nación norteamericana.2 Eso nos deja con miles de estudiosos norteamericanos de temas relacionados con América Latina. Por otro lado, si bien no se conoce el número exacto de latinoamericanos que se dedican al estudio de los Estados Unidos, una muestra preliminar no excede las treinta personas.
